En la temporada 1955-56, Muñiz volvió a ocupar el banquillo blanquiazul, y a pesar de varios fichajes -Manuel Quevedo «Pantaleón», Pedro Marroig y Juan Ibáñez, entre otros-, tuvo que recurrir al uso de algunos canteranos como Juan Padrón Morales. El encuentro tuvo lugar en el estadio que tenía el club, en lo que hoy es la Plazoleta Barraquero. Fue entonces cuando el equipo atravesó su peor sequía, no exenta de algún que otro sobresalto en su lucha por la permanencia.
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